lunes, 14 de abril de 2014

Jumilla, historias de pasión




Ya llevan más de 600 años saliendo por las calles de esta población murciana. Sí, ya se que hay muchas y diversas procesiones por la península, pero ésta es tierra materna y eso tira mucho.


El que pueda acercarse a Jumilla, aparte de poder degustar sus famosos vinos, también puede ver una de esas procesiones que son imprescindibles, por la riqueza artística, colorido y entusiasmo que ponen los jumillanos.





Desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, la villa se vuelca en el festejo, con un total de 21 Cofradías/Hermandades y unos 44 pasos.




Uno de los lugares más desconocidos es el punto de encuentro, donde se congregan los nervios, los últimos retoques, la calma de los más veteranos. Donde las cofradías, los pasos y las bandas de músicas incluida los famosos “Armaos” afinan todo para salir.


Una de las peculiaridades de las procesiones de Jumilla y de la región de Murcia, es que los nazarenos van repartiendo dulces, normalmente caramelos.



























Hay diversas teorías del por qué de esta tradición y la que tiene más aceptación es que como eran los huertanos de Murcia los que sacaban los pesados tronos y permanecían en la calle muchas horas, con el esfuerzo físico que suponía aquello, la Iglesia permitía a estos hombres que en el transcurso de la procesión pudieran tomar alimentos que ayudaran a fortalecerles en el intenso trabajo. Al tratarse de gentes humildes de la huerta, venían provistos de habas tiernas huevos duros y monas. El nazareno se echaba gran cantidad de estos productos en el seno de su túnica y a lo largo del recorrido aprovechaba para "convidar" a sus amigos y conocidos.




Fuese como fuere hay nazarenos que llegan a repartir durante el recorrido de 10 a 12 kilos de caramelos .



La túnica y el “capuz” hacen que el nazareno mantenga su anonimato, o no. Mirándolo a los ojo se puede llegar a saber quién es. En el caso de mis fotos es fácil, son parte de mi familia.
El único que sale a cara descubierta soy yo. ¿adivináis quién soy?