viernes, 24 de mayo de 2013

Templarios en el Bierzo II


Como explicamos en el post anterior uno de los enclaves y fortalezas Templarias  es el Castillo de Ponferrada. Pero el Temple dejó huella en el corazón del Bierzo. Las posesiones de la orden se extendían por el cinturón que guardaban la minas aureas de las Médulas, aunque no hay constancia que las explotaran.
 
Saliendo de Ponferrada y en dirección a las Médulas llegamos a la población de Santalla donde  nos encontramos a un Guerrero de la Eternidad montando guardia en su garita arbórea. Esta escultura tallada tiene infinidad de simbologías que le da al conjunto un mágico esoterismo.




Siguiendo carretera arriba y antes de llegar al cruce para llegar al siguiente enclave templario veremos sobre un acantilado de 180 metros la silueta del Castillo de Ulver. (Actualmente Castillo de Cornatel) que el Temple tomó posesión en 1228.




 Una vez llegados a los pies del castillo, podemos ver unas estupendas vistas panorámicas de la comarca del Bierzo. 


Subiendo por uno camino agreste llegaremos a la puerta del castillo, que ha sido remodelado en el año 2002, después de siglos de abandono, y asegurando los lugares más deteriorados y dotándoles de elementos de seguridad, para poder ser visitado de cara al público. 

  
 
 El castillo cuenta con un nuevo museo donde se recrea el pasado del mismo y sus fases de construcción, así como las posesiones por las que ha pasado a lo largo de su historia.



En otro lugar del Bierzo, no muy lejos de Ponferrada y por el antiguo camino francés, se encuentra la población de Pieros. Una pedanía que pasaría totalmente inadvertida si no fuera por dos cosas.
La primera es que se encentra las ruinas de Castrum Bergidum, población Celtico-Astur, cuya conquista por Roma la convirtió en centro administrativo y su nombre acabó aplicándose a la región Bierzo.



La segunda es menos conocida si  no se indaga. En la población de Pieros hubo un recinto fortificado, con capilla incluida. Tras la desaparición del Temple a partir de 1312, su posesiones pasaron por manos de diversos señores feudales. Luego vino el olvido y la ruina. De todo aquello lo único que queda del paso de los Templarios es la capilla, sobre una ladera a las afueras del pueblo.


























De la huella templaria en el Bierzo hay una parte perfectamente documentada, como el Castillo de Ponferrada, las posesiones de Pieros, Priaranza, Valdueza o el Castillo de Cornatel.

Castillo de Cornatel


Pero también hay otra donde la tradición popular respalda su adjudicación al Temple, como los castillos de Corullón, Sarracín y Balboa o lugares como Cacabelos, Bembibre o Molinaseca.

Castillo de Balboa






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