El paso de la orden del Temple por Catalunya es variada,
el Castillo de Miravet, el de Gardeny, Puig-Reig, Masdeu, Girona.
En Barcelona también dejaron su huella. Una de las
residencias de los Caballeros Templarios estuvo ubicada en el barrio Gótico, entre las calles Ataülf, Templers, Palau.
Con la desaparición de
la encomienda templaria, y entre demoliciones y urbanizaciones desde el siglo
XV, los restos son escasos.
En la calle Ataülf nº 4 está el portal de la capilla Real que fue la capilla del
convento de aquellos caballeros Templarios, donde todavía sigue la inscripción "Domus
Dei et Porta Coeli", la Casa de Dios y puerta del cielo.
El otro vestigio de la encomienda es la puerta templaria
de Barcelona, que daba acceso a través de las murallas de la ciudad.
Está en la calle del Timó. Es una calle pequeña, estrecha y
sin salida que pasa totalmente desapercibida
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