Posiblemente
una de las mejores ferias medievales que he visto es la que se celebra en
Manresa. La Fira de l’Aixada transporta a sus visitantes a la ciudad en el
siglo XIV.
La
historia:
Allá
por aquellos tiempos hubo una sequía muy importante y los manresanos se
movilizaron para poder construir una acequia para poder suministrar agua del río
Llobregat a los campos, para la cosecha.
Para ello, los consejeros de la ciudad solicitaron
el permiso al Rey Pere III, y así pues comenzaron las obras. Pero claro cuando
las obras llegaron al término de Sallent, el obispo de Vic paró la obra porque
alegaba que aquellas eran tierras de la curia. Aquello se complicó con
negociaciones infructuosas que acabó con la excomunión de la ciudad de Manresa.
Así
pues la ciudad de Manresa se moviliza para celebrar la Fira de l’aixada (Feria
de la Azada) desde 1997 recreando los hechos históricos que allí sucedieron.
Ataviados
de época uno puede verdugos llevando a herejes, caballeros de la corte, el obispo de
Vic y una infinidad de personajes
medievales.
Infinidad
de actividades para todos los públicos y especialmente para los más pequeños.
Todo
para que los pequeños caballeros comiencen a hacer sus primeros pinitos en esto
de las justas medievales.
¿Que
cómo acabó la historia?
Pues
el Obispo de Vic murió y el sustituto que parecía ser más dialogante, aceptó el
paso de la obra recibiendo, por supuesto, compensaciones por parte de la ciudad.
Aunque
la leyenda dice que una luz proveniente
de Montserrat iluminó la antigua iglesia del Carmen y al mismo tiempo las
campanas empezaron a tocar solas. Y
claro, el nuevo obispo debió pensar que aquello era una señal de allí arriba
para dejar continuar las obras y levantar la excomunión a la ciudad de Manresa.
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