Hace ya unos meses descubrí que en Barcelona hay una calle
con el bonito nombre DELS PETONS, es una calle estrecha que está en el barrio
de La Ribera y acaba en la calle del Comerç.
La leyenda de la calle dice que era el
lugar donde los condenados a muerte tenían la última oportunidad de despedirse de sus familiares con un beso,
ya que pasada la calle se les llevaba a la explanada que había en la Ciudadela
donde se les colgaba.
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